martes, 29 de septiembre de 2015

El Papa Francisco: un hombre de los que cambian el mundo

La reciente visita del Papa Francisco a Cuba y posteriormente a Estados Unidos hizo que mis ojos se detuvieran un momento sobre este singular Papa. Vale aclarar que aún cuando tengo muy clara la existencia de el Dios todo poderoso que guía nuestras vidas nunca he sido practicante de ninguna religión específica pues sigo centrándome en esa fuerte concepción humanista de la religión del amor al prójimo.

La historias de todas las religiones están llenas de conductas que en algún momento fueron condenables, y sigo estando de acuerdo con algo que leí alguna vez juzgar el pasado con las vivencias del presente no siempre es válido pues la tierra evoluciona. Y conocer un mínimo de historia antigua -sazonada con lo que luego fue esta iglesia en la Cuba revolucionaria, lo real o lo incierto desde una perspectiva u otra- me dejaban cierto recelo respecto a la iglesia católica.

Lo cierto es que de las cualidades del actual pontífice ya había tenido referencias de que estaba emprendiendo un camino más humanista que sus predecesores. Su risa desenfadada, herencia latina, bien alejada de la sobriedad europea, su apego hacia la humildad,  fueron otras de las piezas que iba colocando en mi rompecabezas antes de este viaje que me mostró en toda su extensión el gran hombre humanista, inteligente, temeroso y amante de Dios que es el Papa Francisco.

Una amiga, una de las almas que Dios puso en mi camino hasta él y que profesa la religión protestante, me escribió un correo toda emocionada. Mi amiga fue tocada en lo más profundo de su ser por el decir y hacer del Papa en este periplo histórico, aun cuando no es su líder espiritual. Francisco supo llevar a todos lo que es la base de todas las religiones: el amor al prójimo, a la vida, al bien sobre el mal, a la paz, a la justicia...

En este viaje papal enlazó físicamente dos países con más de 50 annos de desentendimiento y que gracias a la gestión personal del pontífice están renovando sus votos de diálogo constructivo. Ya eso es por sí solo es un hito para la historia. Después de leer los discursos del Papa -que abordaron con una inteligencia irrebatible los temas más espinosos y sangrientos de la humanidad- primero ante el Congreso Estadounidense y luego ante Naciones Unidas, tuve la absoluta certeza de que hay hombres que en verdad pueden cambiar el mundo. El Papa Francisco, sin dudas, es uno de ellos.

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