El ser agradecidos con lo que tenemos, en saludar las buenas energías que nos rodean la vida es el primer acto humano.
Un día de estos me desperté con mucha ansiedad en mi pecho. No atinaba siquiera a suplicarle a Dios me quitara aquella angustia de querer ir por más y no saltar los límites de lo alcanzable con suficiente rapidez. Tienes claro lo que quieres de la vida? Qué haces para lograrlo?
De cada evento de inconformidad el humano busca las soluciones que le hacen regresar la vida a un estadio de tranquilidad emocional en lo que avanza hacia el gran objetivo. Pero en cada paso hacia la meta que esté el disfrute, que esté la tranquilidad, que esté el amor y el sosiego.
Me puse a hablar con Dios. Mi primera palabra para él: gracias. Y sentí mis humos y mis desafueros bajando el niverl que me mantenía nublada la mente. El mundo no es la casa azul que sonnamos una vez de pequennos. Es mucho más complejo. Pero no te puedes detener, es muy deleitable y la belleza y la seguridad vienen de dentro de ti.
Seguir y seguir, con la tranquilidad del agradecimiento en el corazón, agradecida por siempre ir ascendiendo deforma evolutiva en la vida que me ha tocado vivir.
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