Mi resumen de lo mejor del 2015 va en una sola frase: Haber sentido a Dios en mi vida como nunca antes. Lo siento como casa, protección, confidente y guía.
Siento el gozo de su presencia en mi vida, esa luz que es puro amor que me ha iluminado el camino aún en las más cerradas oscuridades.
Por todas las bendiciones recibidas en este 2015 GRACIAS, Dios mío. Riega tu bendición sobre la humanidad entera. Yo sigo bajo tu manta en el 2016 y que así sea hasta el fin de mis días.
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