El fin de año llama siempre a la reflexión, a la felicitación, a la esperanza, a las motivaciones en pos de los sueños. En la inundación de mensajes con buenos deseos un amigo tenía esta:
《Hay tantas cosas por las que se puede agradecer a Dios, incluso en los momentos difíciles porque nos enseña y crecemos. Todo en la vida siempre tiene un propósito.
Tienes dos opciones:
amargarte y enojarte
o dejar todo en manos de Dios y Agradecerle.
Cuando la tormenta pasa es cuando podemos ver todo lo que trajo, no siempre es malo.
Solo toma este momento ahora y dile Gracias Dios por lo que has hecho en mí.》
Dar gracias por nuestra vida, en cualquier circunstancia, nos hace fuertes, nos inspira a más.
Demos gracias por la salud, por la capacidad de amar, por un beso, por un abrazo, por una sonrisa, por los amigos, la familia, por permitirnos superar barreras que ni nosotros mismos creimos posibles. El amor ilimitado de Dios, la fe en confiarle nuestros planes más audaces, y sentir esa fuerza cuando creemos no podemos más, nos hace sentir invencibles.
Pongamos nuestros planes y energías delante de Dios, y él hará.
Feliz 2017
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