lunes, 21 de octubre de 2024

Mi Dios cercano vs. al Dios lejano de la infancia

 

Cuando yo era pequeña, supongo sería a finales de la década de los 80 o inicio de los 90, desfiló por toda Cuba la llamada Cruz de la evangelización, que si mal no recuerdo era desde los tiempos de la colonia española. La cruz era de madera preciosa, más bien oscura(quizá de caoba según mis escasos conocimientos de maderas). Yo fui una de las espectadoras -sin ser creyente habitual- que abarrotaron la iglesia de Jiguaní, para ser testigo de un evento religioso único. 

La cruz se pasó algunos días, quizá 3 según mi memoria, y cada día hacían una misa católica. Disfrutaba mucho ir pues nos dieron un librito de himnos, tirados en mimeógrafo, y hasta hoy recuerdo parte del estribillo y la música de dos de ellos:

En la cruz murió un hombre un día

Hay que aprender a morir, todos los días, en la cruz con Jesús.

Y el otro:

Cristo crucificado, Cristo rey vencedor- Y seguía con un pedazo ya olvidado y terminaba con  "dio la vida por la salvación".

Uno de los días de la celebración, ya al final, pedían a los que estuvieran preparados para recibir la ostia, ponerse en una fila. La ostia, para qué ocultarlo, me daba una curiosidad tremenda  y un deseo de probarla... pero la clara advertencia de que solo era para los que estuvieran preparados me dejó pegada al banco de madera, mirando expectante el desfile. Y entonces presencié, con mucha vergüenza ajena y dolor, como el que ponía la ostia en las lenguas de los pasantes, le preguntó algo a una señora de muy avanzada edad que se aprestaba a recibir el cuerpo de Cristo. Y la pobre señora meneó su cabeza y se retiró cabizbaja de la fila, sin recibir la ostia.

Guardé por muchos años este recuerdo inexplicado, supe tiempo después, las normas que justificaban el rechazo. Pero ese episodio me martilló por muchos muchos años, quizá más de 30, hasta que un día de 2020, mucho después de haber aceptado a Cristo como salvador y redentor de mi vida, mi cuerpo se crispaba cuando había que tomar el vino y comer el pan de la santa cena, con la que los cristianos simbolizamos la sangre y el cuerpo de Jesús. Tuve la valentía de decirle a mi pastora de entonces: “Yo quiero que la santa cena sea para mí, un acto de pleno significado, de pleno amor y comunión con Jesús. Un recuerdo terrible de mi infancia me tortura la mente cada vez que voy a tomar el vino y comer el pan”. Y entonces pude explicar a los presentes(vía zoom) y sobre todo explicarme a mí misma el mensaje subliminar que aquel hecho me dejó sobre Dios, que era un Dios lejano al que no podía llegar cualquiera, no un Dios al que puedo hablarle todo como a un amigo y me abre los brazos sin condiciones. 

esús nos abraza siempre, atento está su oido a nuestras peticiones.

 

Oramos mucho aquella noche, y yo sentí que hubo una liberación inmediata en mi corazón. Pedí a Dios que perdonara al que le negó la ostia a aquella señora, y que la hubiera rescatado para su reino de otra forma, donde el dogma- o religiosidad, como luego supe que se llamaba- no impida que Dios abrace a  sus creaturas y que las creaturas se acerquen confiadas al trono de su gracia.

 Jesús está más cerca de lo imaginamos. Al alcance de nuestra confesión*: Jesús eres mi Señor, entra en mi vida, toma mi vida en tus manos, perdona mis pecados.

Caminando con Jesús. Foto de Craiyon.com

 

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*Romanos10:9-13

9 Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Al club de los "Quizás existe Dios": no creo ni descreo

Allá por el barrio rural cubano done nací, escuché a mucha gente decir: Yo no creo ni discreo(descreo, según la RAE), para referirse a su neutralidad sobre su creencia en Dios. Esos mismos en situaciones de desastre decían "Gracias a Dios no pasó lo peor" o "Dios me ayude", a la hora de enfrentar un reto. Si has llegado hasta aquí y te identificas con el club de los "Quizás existe Dios" te resumo en 5 puntos mi experiencia pasada durante la estancia en el club:

  • Clama a él en la adversidad: En tu momento más oscuro, clama a Dios. Puedes ponerte de rodillas o alzar tus manos, fuerzas e ideas vendrán del cielo. Creer en Dios no significa de ninguna manera ausencia de problemas, sino que sean cuales sean tus circunstancias él estará ahí para acompañarte.
  • Cultiva tu amor: Ser cristiano representa un modo de vida, vivir como Cristo, con amor. Amar al prójimo como a ti mismo. Una pequeña acción ayudando a un necesitado, cambiará definitivamente tu vida.
  • Cultiva tu fe: Intenta leer algún versículo de la biblia cada día. Acercarse a la palabra de Dios se convierte en un recurso importante para tomar sabias decisiones. Hay apliccaiones móviles que distribuyen un  Versículo del día o un Devocional diario. Dice la biblia:  Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
  • Visita algunas iglesias cristianas: Existen muchas denominaciones y creencias en este mundo, sin embargo el nacimiento de Jesús hace 2000 años fue un punto de viraje en la historia y es la verdadera razón de la navidad. ¿Por qué un nacimiento cambiaría tan radicalmente la historia?  Lo más probable, sin embargo, es que tu aceptación a Cristo como Señor y salvador no ocurra dentro de las paredes de un edificio(Dios más cerca de lo que crees, lea el próximo capítulo). En la iglesias encontrarás otros cristianos, puntos de vistas, estudios bíblicos, que definitivamente te harán crecer y aclararán tus dudas. Puedes visitar varias, sin compromiso, y con buen juicio puede que te sientas cómodo (o no), en alguna.
  • Mantén la puerta abierta: Cuando mis amigos me hablaban abiertamente de aceptar a Dios, yo les decía: "ese brillo en los ojos que tienes cuando hablas de Dios, no lo siento así. Espero un día poder experimentar esa auténtica alegría". Dios te tocará a la puerta, mas el picaporte para abrir está de tu lado, así que no temas, la decisión de que entre en tu vida siempre será tuya.


Tengo un suePaypal.me


sábado, 12 de marzo de 2022

La herencia de la tía Cada: con FE y si dudar


En Baire, un pueblito cubano, ha partido a la eternidad este 12 de marzo de 2022 mi última tía abuela. 106 años. Leocadia Frómeta Popa era su nombre pero todo el mundo le decía Cada.  De pequeña me preguntaba por qué era la única de su larga prole de hermanos que creía única e incondicionalmente en Jesús como Dios y salvador. Su fuerza para luchar contra la adversidad motivaba a todos. "El día que me casé con Aurelio amanecimos con 10 centavos", me decía. Luego levantaría una casa y una familia de 7 hijos, luchando además con una enfermedad difícil del esposo. Sus  testimonios de fe eran impresionantes, y su ayuda al prójimo para atravezar los problemas, aun más.

Cantaba himnos mientras hacía sus quehaceres, o después del almuerzo cuando nos visitaba. Especialmente recuerdo dos himnos: Lluvia de gracia y Él cuidará de mí.

¡Feliz, cantando alegre,
Yo vivo siempre aquí;
Si El cuida de las aves,
Cuidará también de mí!

El día que reconocí a Jesús como el único Dios y mi salvador, unos años después, y sentí esa inundación de luz, supe que la tía Cada fue de las primeras que abrió ese camino para mí. En esa película en retrospectiva tuve la respuesta a aquella interrogante de la niñez. Y cobró sentido la frase "Con fe y sin dudar, como dice tía Cada" (Santiago 1:6-8) que me subrayó mi madre antes de entrar al salón de operaciones en 2009.

Hace menos de un año, me llamaron con videoconferencia desde Santiago de Cuba, literalmente para que me despidiera de ella. Eran casi las 2 de la mañana en Berlin, 8:00 pm en Cuba. Tía Cada llevaba tres días que no abría los ojos. Después de hablar un poco sobre cómo había estado le pregunté a Caridad(su hija) y a Lisset una de las nietas, que tomaron la responsabilidad de cuidarla y honrarla en sus últimos años, si  se sabían el himno cuyo estribillo llega a mi mente en muchos momentos de mi vida. Ellas buscaron el himnario de la tía y lo cantamos juntas, con mucha emoción. Les pedí que por favor me enviaran la letra para tenerlo completo y terminamos la llamada. Al día siguiente mi prima me escribió y me dijo que después de yo colgar, siguieron cantándole sus himnos favoritos y que tía Cada, aun con sus ojos cerrados, levantó sus manos al Cielo, señal para los cristianos de que nos postramos con FE a los pies de Cristo. Desde ahí comenzó a recuperarse nuevamente.

El cielo está de fiesta hoy, aunque a mi corazón le duele no haber tenido otro abrazo, otro dulce de toronja (el más exquisito que yo haya probado), me quedo con su bendición, con su amor, con la charla con 104 años  tan fresca como si tuviese 60.

Hoy escribo para nuestra inmensa familia: abramos el corazón a Cristo, darle la oportunidad de que esté en nuestra vida, y nuestra fe se fortalecerá cada día, ese es el más lindo legado de AMOR, FE y SALVACIÓN que nos ha dejado la tía Cada.

El día que sentimos con convicción y FE esta oración, estamos dejando entrar a Cristo en nuestra vida.

Señor Jesús: Yo reconozco que te necesito, que tú moriste en la cruz por mi salvación. Te pido perdón por todos mis pecados. Te abro las puertas de mi corazón, te entrego mi vida, entra en mí, te acepto como mi Señor y Salvador. Límpiame con tu sangre preciosa. Escribe mi nombre en el libro de la vida y que nunca más sea borrado. Haz de mi la persona que tú quieres que yo sea según tu propósito. En el nombre de Jesús ¡AMÉN!




 



 


jueves, 15 de julio de 2021

Cuando alzamos las manos...

Una mañana soleada de agosto de 2013, mientras caminaba hacia el Malecón, bajando por la calle Luz de la Habana Vieja, alcé mis manos al cielo  y dije en voz alta: "Dios mío, no puedo más; toma mi vida en tus manos". Si alguien me estaba mirando pudo tildarme de loca. Mi discurso siguió con una serie de lamentos, frustraciones y desesperanzas, mientras mis lágrimas rodaban sin tropiezo hasta mis zapatos de correr, llenos de remiendos.

Quince días después, Dios, me envió la señal para comenzar el primer paso de lo que sería un proceso transformador en mi vida: mudarme de país, sin jamás haberlo pensado siquiera, y sentir vivo en mi cuerpo, alma y espíritu el amor de Dios.

El toque mágico de Dios en mi vida y aceptarlo completamente como Señor y Salvador ocurrió un tiempo más tarde. Entonces pensé en retrospectiva en aquella escena en shorts ripiados y zapatos remendados y en aquella mi petición desesperada sin total consciencia.
 
 Tiempo más tarde, un mensaje cristiano me explicaría lo que ocurrió aquel día camino al Malecón habanero: Cuando alzamos las manos al cielo nos postramos a los pies del Señor.

Él responde.

miércoles, 9 de mayo de 2018

Será lo que Dios quiera

Cada día al abrir los ojos hago a Dios una oración que es pura energía vital, llena de amor, de buenos deseos, para el círculo de amigos y nuestra familia... A Dios se le deben pedir las cosas que uno desea, si es su voluntad él las conceda. En mi primera oración del año 2018, no venían a mi mente deseos concretos, sino cierta vaguedad y en medio de esta vaguedad pensé en mis blogs desplazados por otras prioridades terrenales...

Y entonces rechacé esos pensamientos de abandono y me repetí una vez más que debemos ir por nuestros sueños, por lo que nos hace vivir... En mi andar como hija de Cristo, pensé en mi vida llena de testimonios, en las huellas que ha puesto delante de mi para seguirle.... A veces nos sentimos temerosos de ir tras ellas... También pensé en esa manía que tengo de decir...

No temas, abre tu corazón y tu vida será lo que Dios quiera en una perfecta conjunción de tus deseos y su voluntad, que siempre sobrepasa para bien cualquier imagen que hayas planeado en tu mente.




viernes, 30 de diciembre de 2016

Planes y energías 2017

El fin de año llama siempre a la reflexión,  a la felicitación, a la esperanza, a las motivaciones en pos de los sueños. En la inundación de mensajes con buenos deseos un amigo tenía esta:


《Hay tantas cosas por las que se puede agradecer a Dios, incluso en los momentos difíciles porque nos enseña y crecemos. Todo en la vida siempre tiene un propósito.
Tienes dos opciones:
amargarte y enojarte
o dejar todo en manos de Dios y Agradecerle.
Cuando la tormenta pasa es cuando podemos ver todo lo que trajo, no siempre es malo.
Solo toma este momento ahora y dile Gracias Dios por lo que has hecho en mí.》


Dar gracias por nuestra vida, en cualquier circunstancia, nos hace fuertes, nos inspira a más.

Demos gracias por la salud, por la capacidad de amar, por un beso, por un abrazo, por una sonrisa, por los amigos, la familia, por permitirnos superar barreras que ni nosotros mismos creimos posibles. El amor ilimitado de Dios, la fe en confiarle nuestros planes más audaces, y sentir esa fuerza cuando creemos no podemos más, nos hace sentir invencibles.

Pongamos nuestros planes y energías delante de Dios,  y él hará.

Feliz 2017



miércoles, 30 de diciembre de 2015

Dios en mi vida: lo mejor del 2015

Mi resumen de lo mejor del 2015 va en una sola frase: Haber sentido a Dios en mi vida como nunca antes. Lo siento como casa, protección, confidente y guía.

Siento el gozo de su presencia en mi vida, esa luz que es puro amor que me ha iluminado el camino aún en las más cerradas oscuridades.

Por todas las bendiciones recibidas en este 2015 GRACIAS, Dios mío. Riega tu bendición sobre la humanidad entera. Yo sigo bajo tu manta en el 2016 y que así sea hasta el fin de mis días.